viernes, 18 de septiembre de 2020

Humano o Divino?

"Pues bien: si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo ha resucitado. Pero si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra predicación y vana también vuestra fe; más todavía: resultamos unos falsos testigos de Dios, porque hemos dado testimonio contra él, diciendo que ha resucitado a Cristo, a quien no ha resucitado... si es que que los muertos no resucitan".
San Pablo contra algunos que decían que los muertos no resucitaban, hace un hermoso razonamiento, que nos lleva a pensar cómo es nuestra fe y, sobre todo, en qué Cristo creemos, si en el Cristo Resucitado o en el Cristo muerto, en Jesús Hombre o en Jesús Dios, en el Hijo del Carpintero o en el Mesías hijo de Dios.
Muchas veces (y no pocas) nos encontramos con una fe que se basa en un Jesús amigo, hermano, cercano... que no está mal, es necesariio tener una relación de hermano, amigo con Jesús, porque eso me ayuda al diálogo y a la confianza, pero si sólo me quedo en el plano humano de Jesús, entonces sus palabras son sólo palabras humanas, consejos de cualquier amigo, y, por lo menos, consejos que puedo pedir pero no hacer (como generalmente hacemos cuando le pedimos consejo a alguien... si no nos gusta no lo seguimos)
Pero si además de relacionarme con Jesús amigo y hermano, se que es Dios y Señor de la Vida, y, sobre todo, Dios y Señor de mi vida, entonces tendré que darle más valor y peso a las Palabras que Él me dirije, porque sabe y conoce mi interior, y, me está pidiendo que siga un camino seguro para la salvación de mi alma y la plenitud de mi vida. Así, no sólo serán consejos de amigo, sino que serán Consejos de mi Dios y Señor, a quien le debo fidelidad en el Amor, y obediencia a Su Palabra.
¿Os dais cuenta cuál es la diferencia de sólo ver a Jesús desde l humano y no desde lo divino? Y, también, nos puede ocurrir lo contrario, como, a veces, nos pasa con algunas personas: lo vemos como un Dios lejano y nos cuesta acercarnos a Él, porque creemos que nunca llegaremos a vivir lo que Él vivió, ni poder hacer lo que Él nos pide.
Y aquí me viene a la cabeza una relfexión que hizo Edith Stein, Santa Teresa Benedicta de la Cruz, sobre este Dios de Amor infinito que nos ha pedido: amaos como YO os he amado. Ella pensando en este mandamiento de Jesús se decía (y nos dice) nunca podremos llegar a Amar como Dios, pues su Amor es Infinito, pero sí podremos llegar a amar como Él nos amó, porque Él se entrego por entero a nosotros, nos entregó toda Su Vida. Así, nosotros, para amar como Él nos amó, tendremos que entregar toda nuestra vida a su Plan de Salvación, a Su Voluntad, y así sí podremos Amar como Él nos amó, sin dejar nada para nosotros mismos, sino ser todo de Él.
Así, podremos entender que nuestra relación, aunque comience desde lo humano tendremos que elevarnos a una relación sobrenatural, para que nuestra naturaleza se vaya divinizando con la Gracia que el Señor nos va entregando, y, de ese modo, no sólo tendremos el nombre de hijos de Dios, sino que lo seremos en realidad, porque daremos testimonio de Su divinidad en nuestra humanidad, siendo radicalmente fieles a Su Palabra, que es Palabra de Dios.

 

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