miércoles, 11 de marzo de 2020

Se paga el bien con mal?

"Ellos dijeron:
«Venga, tramemos un plan contra Jeremías, porque no faltará la ley del sacerdote, ni el consejo del sabio, ni el oráculo del profeta. Venga, vamos a hablar mal de él y no hagamos caso de sus oráculos».
Hazme caso,Señor, escucha lo que dicen mis oponentes.
¿Se paga el bien con mal?, ¡pues me han cavado una fosa!".
Muchas veces, cuando uno escucha por la tele o en la calle, vemos cómo nos gusta ir "cavando fosas" para la gente. ¿Qué quiero decir? Me voy a referir (como ejemplo) a la clase política que vemos en la televisión: siempre hay una palabra, un gesto, o algo que unos le critican a los otros para hacerlos quedar mal, porque haciéndolos quedar mal parece que el que tira la primera piedra queda mejor y gana puntos. Y aunque en algún momento las cosas eran las mejores, en otro momento parecen ser las peores.
O lo que nos pasa a cualquiera de nosotros: siempre le hacemos grandes elogios a quien hace bien las cosas, pero no vaya a ser que se equivoque o que no diga o haga lo que pienso que ya lo enviamos a lo más hondo del pozo. Así como creamos una buena fama de alguien así también lo intentamos derribar con las piedras que le vamos tirando.
Es que somos muy previsibles los humanos: si alguien nos cayó bien lo alabamos, y si al momento no me hizo caso, lo denigramos. ¿Cuál es la verdad?
La verdad es que no soportamos que alguien no piense como yo o no haga lo que yo quiero. Y, así, pareciera que el único medio de medir la verdad es mi verdad, o la verdad de mi círculo más cercano. Porque, también es cierto, que, muchas veces, vemos como cierta gente sigue lo que dice alguien que tiene más fuerza (o aparenta tenerla) y los demás lo siguen como buenos corderos, sin chistar.
¿Se paga e bien con mal? Sí, muchas veces somos así: pagamos el bien con el mal, y no porque hagamos daño, sino porque nuestros comentarios, nuestros actos, nuestros silencios hacen daño cuando no defendemos la Verdad, y no nuestra verdad.
Y es ahí donde nos tendríamos que preguntar: ¿qué es la Verdad para mí? ¿Jesús es la Verdad? ?¿A quién sigo? ¿Soy fiel a Dios o a los hombres?
Como dice el profeta Jeremías:
"Así habla el Señor: ¡Maldito el hombre que confía en el hombre y busca su apoyo en la carne, mientras su corazón se aparta del Señor! 
El es como un matorral en la estepa que no ve llegar la felicidad; habita en la aridez del desierto, en una tierra salobre e inhóspita. 
¡Bendito el hombre que confía en el Señor y en él tiene puesta su confianza! 
El es como un árbol plantado al borde de las aguas, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme cuando llega el calor y su follaje se mantiene frondoso; no se inquieta en un año de sequía y nunca deja de dar fruto. 
Nada más tortuoso que el corazón humano y no tiene arreglo: ¿quién puede penetrarlo? Yo, el Señor, sondeo el corazón y examino las entrañas, para dar a cada uno según su conducta, según el fruto de sus acciones".

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