No se si hablaré del evangelio de hoy, porque, recién, al leer un hilo de un tuit quedé perplejo y no es porque se dijeran tonterías o malas cosas, sino por la discusión que se había generado, sobre todo en los comentarios de un sacerdote a otro sacerdote. El tema surgió porque uno puso que en estos días de emergencia las procesiones de semana santa pueden ser prescindibles, porque lo importante son los oficios religiosos: encontrarnos con Jesús en la Eucaristía, en Su Palabra. Y ¡pobre hombre! comenzaron a surgir los defensores de las procesiones, como si las hubiera despreciado, y no lo había hecho.
Y es cierto ¿qué es lo esencial en la Semana Santa? ¿Qué es lo que piensas tu? Porque lo que yo veo es que los que van, muchas veces, y es mucha gente, a las procesiones son muy pocos los que después se quedan o antes van a la Misa a encontrarse con Jesús Vivo y Verdadero. Para ellos si es prescindible la Eucaristía ¿o estoy muy equivocado?
El hecho es que lo que veo es que nadie puede opinar nada diferente a la opinión de los demás, porque la opinión que vale es la que está en contra de mi opinión. Y, fijaos, que este sacerdote no dijo que no valían las procesiones sino que en un momento determinado podían no hacerse, como sucede en caso de lluvia. Porque si fueran imprescindibles las procesiones tendrían que salir aunque cayeran litros de agua de lluvia, pero no salen por cuidar las imágenes...
A veces, no entiendo a los católicos. O, mejor, a veces no entiendo nuestros conceptos de prescindibles e imprescindibles, e, incluso no entiendo el concepto de libertad de expresión ¿por qué algunos pueden tenerla y otros no?
Ahí es cuando nos vamos damos cuenta de por dónde estamos caminando, cuál es el camino que hemos elegido, y vamos a descubrir que aún nos queda mucho trecho por recorrer para alcanzar aquello que vino a traer Jesús: un Reino Nuevo, un Reino de personas que se aman fundado en la Verdad, en el Amor.
¿Quién es el centro de nuestras vidas? ¿No será que hemos cambiado el centro de nuestra vida y el Señor ya no es el Señor de nuestra vida? ¿Es Su Palabra la única que ilumina mii vida? ¿Es Su Voluntad lo que busco cada día para recorrer el Camino que me da Vida?
Es cierto que todo en la vida es prescindible, porque lo único imprescindible es la vida misma, y aquello que alimenta mi vivir. Pero, cuando hago una elección de vida, como es ser cristiano, hay cosas que son más importantes que otras, y tengo que elegir, todos los días, para saber o recorrer el Camino a la Vida. Y, si en algo me equivoqué, como el Hijo Pródigo, siempre tengo la oportunidad de volver a la Casa del Padre.
Y, como vemos, en esta situación de emergencia, también puede ser prescindible ir a Misa, porque lo importante es lo que yo haga o viva con lo que el Señor me ha dado y con lo que me expresa en Su Voluntad, en Su Palabra.
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