«¿Qué
haces, aquí, Elías?», y él respondió:
«Ardo en
celo por el Señor, Dios del universo, porque los hijos de Israel han abandonado
tu alianza, derribado tus altares y pasado a espada a tus profetas; quedo yo
solo y buscan mi vida para arrebatármela».
Quizás la pregunta del Señor a Elías, es la que recibimos cada día
al despertarnos: ¿qué hacemos aquí? ¿Cuál es nuestra misión y cómo la
cumpliremos? Creo que en estos tiempos en que todo está cambiando y donde las
tinieblas quieren que cambiemos todo, tenemos que volver a entender que
necesitamos estar, cada día, más cerca de la Luz del Espíritu, que sea Él quien
nos fortalezca para mantenernos Fieles a Su Palabra.
“Si esto hacen con el leño verde ¿qué no harán con el seco?”, dijo
el Señor. Entonces tenemos que tener la suficiente fortaleza para vivir en
fidelidad a la Palabra, ser Fieles a los mandamientos del Señor, encontrarnos,
cada día, con el Luz del Espíritu para poder decir que ¡Sí! al Señor y no al
mundo.
Sabemos que no es fácil permanecer fieles a la Voluntad de Dios,
pero también el Señor nos ha dicho que siempre estará con nosotros si permanecemos
en Él. Por eso, hoy más que nunca, necesitamos responderle al Señor, como
Elías: “Ardo en celo por el Señor, Dios del universo, porque los hijos de Israel
han abandonado tu alianza”.
Pero
también, creo, que estamos seguros que si nos adentramos en las tinieblas del
mundo nunca alcanzaremos la Vida Nueva que nos prometió el Señor si seguíamos
Su Camino, así como tampoco seremos instrumentos del Señor para construir un
Mundo Nuevo, un Hombre Nuevo. Y, sobre todo, cada día las tinieblas del error
entrarán en nuestras vidas.
Es cierto
que todos son libres para optar, cada día, cómo querer vivir, cómo querer
morir, pero los que hemos aceptado la Alianza con el Señor, tenemos la confianza
de que con su ayuda podremos encontrar el Camino de la Vida Nueva. Sabemos que
en la Providencia del Señor seremos fortalecidos e iluminados con la alegría de
la Fidelidad al Evangelio para poder, así, ser Luz en las tinieblas y Verdad
ante el error.
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