viernes, 28 de abril de 2017

No luches contra Dios

Cuando el Sanedrín juzgaba a los apóstoles por hablar de Jesús, un fariseo Gamaliel decía:
"En el caso presente, os digo: no os metáis con esos hombres; soltadlos. Si su idea y su actividad son cosa de hombres, se disolverá; pero, si es cosa de Dios, no lograréis destruirlos, y os expondríais a luchar contra Dios».
Nos cuesta diferenciar cuándo algo es de Dios y cuándo no, porque no siempre pensamos las cosas desde Dios y no nos fiamos de lo que otros hacen, por eso, en el caso de los apóstoles el Sanedrín que ya había hecho "desaparecer" a Jesús pretendía que estos personajes también podrían desaparecer de la misma manera.
En nuestra vida sucede lo mismo, muchas veces luchamos contra la Voluntad de Dios y se nos van gastando las fuerzas, porque cuando Dios quiere lograr algo en nuestras vidas, no siempre se deja vencer, sino que va dejando un constante deseo de realización personal, pero como yo tengo otros planes en mi vida, no me dejo convencer por lo que Él quiere, y así lucho y lucho todos los días sin encontrar paz y sin encontrar algo que realmente me haga sentir bien.
La Paz del alma y del corazón llegan cuando, realmente, me doy cuenta que debo dejar de luchar contra Dios y sus obras y, con su Gracia, comienzo a vivir Su Voluntad. Y lo mismo sucede en el mundo: cuando el hombre por su egoísmo y apetito de poder va en contra de la vida, en contra de la justicia, en contra de las obras de Dios, el mundo no encuentra Paz, sino sólo guerra, muerte y destrucción.
Pero cuando renunciamos a nosotros mismos y descubrimos que lo mejor que nos puede pasar es ser obedientes y fieles al pedido de Dios, se produce el Gran Milagro de una Vida Nueva. Así tenemos el ejemplo del Evangelio de la multiplicación de los panes: los apóstoles veían que tenían que hacer algo pero no sabían como, creían que con lo poco que tenían no podrían hacer nada, pero ese poco lo pusieron en manos de Jesús y Él hizo el milagro.
Cuando le entregamos al Señor lo poco de nuestra vida (que para nosotros es mucho) Él hace el milagro de crear algo mucho más grande y precioso, pues es Él quien tiene el poder y la Gracia para llevar a cabo lo que ha pensado para mí.
Dejemos de luchar contra la Voluntad de Dios, más cuando hemos visto claro que el Camino que tengo que seguir no es el que estoy recorriendo, pues no termino de encontrar la paz que sueño y necesito. Déjate conducir de la Mano del Señor, no te va a quitar tu libertad, no te va a engañar, sólo te va a llevar al lugar y a la Vida que tu corazón anhela, allí descubrirás el hermoso Don de la Paz y la Vida. Pon en sus manos tus dos panes y cinco pescados y Él los multiplicará de un modo que ni te imaginas.

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