miércoles, 30 de noviembre de 2022

Anunciamos al Buena Noticia

"Ahora bien, ¿cómo invocarán a aquel en quien no han creído?; ¿cómo creerán en aquel de quien no han oído hablar?; y ¿cómo oirán hablar de él sin nadie que anuncie?; y ¿cómo anunciarán si no los envían? Según está escrito:
«¡Qué hermosos los pies de los que anuncian la Buena Noticia del bien!».
¿Quiénes son los que anuncian la Buena Noticia del bien? Sí, estás en lo cierto, debemos (aunque a veces no) ser todos nosotros, pero no nosotros los curas, sino todos nosotros los bautizados, por que todos nosotros los bautizados fuimos ungidos como profetas del Señor. Y esa es nuestra misión: anunciar la Buena Noticia del Bien.
Es cierto que para anunciar la Buena Noticia no debemos ser estudiosos del Evangelio, sino que, primero y únicamente debemos ser verdaderos creyentes del Evangelio. Porque estudiosos de la Palabra puede haber muchos, pero creyentes que vivan el Evangelio no son tantos. Porque hay un gran viaje desde la cabeza al corazón, y se puede saber mucho pero también se puede vivir poco, y no hay mejor mensaje que se comprenda que el que nace del testimonio vital del cristiano.
Claro que, también es cierto que no siempre se escucha el mensaje, pero eso ya no es culpa nuestra, sino del que recibe el mensaje, pues no hay peor sordo que el que no quiere oir. Pero eso no nos debe impedir seguir predicando y anunciando la Palabra a tiempo y a destiempo (se dice así, bueno, pero lo entendeis)
"Pero no todos han prestado oído al Evangelio. Pues Isaías afirma:
«Señor, ¿quién ha creído nuestro mensaje?»
Así, pues, la fe nace del mensaje que se escucha, y viene a través de la palabra de Cristo.
Pero digo yo: «¿Es que no lo han oído? Todo lo contrario:
«A toda la tierra alcanza su pregón, y hasta los confines del orbe sus palabras».
Pues sí, nosotros debemos cumplir con la misión de anunciar, con nuestra vida y con nuestras palabras, el mensaje de Salvación, la alegría del Evangelio, y después "quien quiera oir que oiga", no lo que decimos nosotros, sino lo que el Señor quiere decir por medio de nuestras palabras y de nuestra vida.
Ser Fieles a la Vida que el Señor nos ha regalado con el bautismo es vivir el Evangelio y anunciarlo a todo el quiera escucharlo, para que la Buena Noticia llegue a todos lados y todos puedan tener la oportunidad de seguir el Camino de la Salvación.

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