martes, 22 de noviembre de 2022

No son solo piedras hermosas

"En aquel tiempo, como algunos hablaban del templo, de lo bellamente adornado que estaba con piedra caliza y exvotos, Jesús les dijo:
«Esto que contempláis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida».
Muchas veces nos quedamos contemplando lo externo del templo, o de nuestra vida, o de nuestro cuerpo, pero pocas veces contemplamos lo que está por dentro y lo que es lo que estamos contemplando o lo que puede llegar a ser o que llegaría a ser si lo contempláramos de verdad.
El Templo de Jerusalen a los pocos años quedó destruido, no quedó piedra sobre piedra, salvo sus cimientos que son los que hoy se contemplan y veneran como el Muro de los lamentos.
A veces, nuestras vidas quedan igual: sólo queda lo externo y nada más, porque no hemos tenido tiempo para fortalecer lo interior, el espíritu, nuestras capacidades espirituales que le den sentido a lo que vivimos, sea malo o bueno, y sólo nos dedicamos a perfeccionar lo intelectual y, en algunos casos, sólo lo que se ve, el cuerpo.
Pero, lamentablemente, siempre llegan las guerras externas o internas que nos quitan la paz, la alegría, la esperanza, etc., y hacen tambalear toda la estructura de mi vida, hasta tal punto que algunos llegan a quitarse la vida por no tener ya sentido para seguir luchando.
El Señor nos habla muchas veces de estas luchas internas y de las luchas que tenemos que hacer frente al mal, pero también nos habla de la maldad de las personas que nos las que ponen piedras en nuestros caminos para hacernos caer sin levantarnos. No siempre el alma humana tiene la fortaleza necesaria para levantarse de todas las caídas, por eso mismo, es Él quien nos pide que fortalezcamos el interior y no nos quedamos solamente contemplando lo externo, que puede ser muy bello y hermoso, pero no es lo que sostiene mi vida.
Busquemos siempre un tiempo para madurar, fortalecer nuestro espíritu son Su Gracia, con Su Amor, para que siempre podamos levantarnos, incluso de nuestras propias caídas, y seguir luchando, seguir insistiendo en el camino de la santidad.

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