"Él replicó:
«Maestro, todo eso lo he cumplido desde juventud».
Jesús se le quedó mirándolo, lo amó y le dijo:
«Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dáselo a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego ven y sígueme».
A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó triste porque era muy rico".
No es fácil desprendernos de los que tenemos, no sólo de los bienes materiales, sino, sobre todo de los que creemos bienes espirituales: nuestros proyectos, nuestros gustos, nuestras opiniones, nuestras ideas... Cuando Jesús nos llama es porque conoce nuestra vida y sobre todo porque sabe de su Gracia, y necesita de mí no porque yo sea lo mejor que ha encontrado, sino que Él está llamando a todos, pero son pocos los elegidos.
Pero no pensemos que sólo nos llama para la vida consagrada o sacerdotal, sino que nos llama para una vida santa y es ahí cuando le debemos responder si estamos dispuestos a "vender todos nuestros bienes", dejar nuestro corazón totalmente libre para hacer su Voluntad, la Voluntad del Padre.
Pasa que como confiamos en que Él es misericordioso siempre va a perdonar mis infidelidades, mis desplantes. Y seguro que lo hará, pero eso no redundará en pérdidas para mí? Porque cuando Él me está llamando y me está invitando es porque quiere sentarme a Su Mesa, concederme Su Gracia para una misión que me enriquecerá mi vida, que me dará aquello que en el fondo de mi corazón anhelo. Jesús no perderá nada, será yo quien no reciba lo que Él quería darme, concederme.
Por eso no hablamos que no habrá salvación para que quien no quiera renunciar a sus bienes para seguir a Jesús, sino que hablamos de no recibir lo que Jesús tiene para darme si lo sigo como Él quiere. Pero, cuando no logro desprenderme de mis miedos, de mis seguridades, de mis proyectos, entonces podré seguir libremente mi camino, pero... ¿qué será lo que me he perdido de recibir de parte de Dios y Señor?
"A los que se arrepienten Dios les permite volver y consuela a los que han perdido la esperanza., y los hace partícipes de la suerte de los justos". Y siempre hay tiempo para arrepentirnos y volver al Señor, dejar a sus pies todo lo que me pedía renunciar y comenzar a seguirlo como Él me estaba pidiendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.