domingo, 23 de septiembre de 2018

Competir por poder

«¿De qué discutíais por el camino?».
Ellos callaban, pues por el camino habían discutido quién era el más importante.
Es algo muy común que siempre nos estemos comparando unos con otros, o que en nuestras familias nos camparen a unos hermanos con otros, o los hijos a los padres: este es más bueno, aquél es más difícil, el otro más complicado, este más estudioso… Y ni que hablar en los trabajos entre los empleados o en esas empresas que ponen en un cuadro al empleado del mes…
Eso también les pasaba a los apóstoles “¿quién es más importante?” ¿quién ocupará un lugar a tu lado? ¿quién a tu derecha y quién a tu izquierda? Es que el pecado original nos ha dejado una espinilla que se llama “apetito de poder” y esa la tenemos todos, en algunos se nota más en otros menos.
Por eso el Señor, con toda su sabiduría, nos presenta un camino muy complicado para vivir: la infancia espiritual, el hacernos niños frente al Señor para alcanzar la humildad y la disponibilidad de corazón para vivir mejor el evangelio, sin que haya competencia entre nosotros, para que no estemos comparando si aquél es mejor que yo o si yo puede ser mejor que aquél, porque lo importante es que, cada uno, sea Fiel a la misión que el Padre le ha encomendad, y encuentre su propio camino de santidad sin tener que, como se dice en la calle, “pisarle la cabeza” al de al lado para ser yo mejor que el otro.
Las comparaciones son odiosas y por eso no tenemos que hacerlas ni entre nosotros, ni con otros, ni en la familia ni en el trabajo, porque eso sólo trae conflictos y divisiones que no son lo que Dios quiere. El Camino de la infancia espiritual el Señor lo une al Camino del servicio y nos dice:
“quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos”. Y eso de ser el último en lo único que se cumple es en que cuando vamos a misa nos sentamos en el último banco… pero en lo demás, pocas veces.
Busquemos siempre la Palabra de Dios que, aunque parece difícil vivir, será el Camino que nos conduzca a la Fidelidad y la Felicidad en la vida de todos los días.

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