jueves, 26 de septiembre de 2019

Nos conformamos con ser buenitos

«Esto dice el Señor del universo: Este pueblo anda diciendo:
"No es momento de ponerse a construir la casa del Señor"».
La palabra del Señor vino por medio del profeta Ageo:
«¿Y es momento de vivir en casas lujosas mientras el templo es una ruina?"
Es el comienzo de la profecía de Ageo y, parece que el Señor le había pedido al pueblo construir el Templo, pero, como siempre, hay algunos que son agoreros y comienzan a sembrar la duda sobre la Voluntad de Dios. Los había hace muchos siglos y los sigue habiendo hoy: gente que no quiere "moverse" ante la novedad del Evangelio, ante la novedad de la Voluntad de Dios. Novedad porque Dios siempre nos sugiere algo nuevo para nuestras vidas, algo nuevo porque es algo para hoy, para este momento y, como el momento, es cambiante entonces lo que Dios nos va pidiendo es diferente en cada etapa de la historia.
¿Qué me hace pensar esto? En aquella famosa frase que, en estos días, ha dicho el Papa Francisco y, que muchas veces la hemos querido destruir de nuestras comunidades: si toda la vida se hizo así para qué lo vamos a cambiar.
La comodidad de los conocido o de lo que me implica poco esfuerzo es una tentación muy fuerte en la vida de los humanos, en la vida de los hijos de Dios. Y, sobre todo, es una tentación para que no me quiten el "poder" que tengo de saber que esto lo hago yo y siempre lo seguiré haciendo yo.
Sin embargo Dios nos invita, constantemente, a salir de "nuestra zona de confort", porque siempre nos invita a renunciar a nosotros mismos para discernir cuál es Su Voluntad en cada momento, en cada día. Algunas veces nos pedirá construir el templo, otras veces veces salir de nuestras tierras, otras veces... Y si realmente confiamos en Su Providencia sabremos que en todo momento Él cuenta con la Gracia suficiente para que pueda realizar su Voluntad.
Por eso, en la profecía le reclama el Señor al pueblo que vivan en casas lujosas pero que Él no tenga una morada digna en donde poder encontrarse con su pueblo. Ellos ya estaban cómodos con sus casas, y no querían ya hacer el esfuerzo de salir a construir la Casa del Señor.
Nosotros, muchas veces, estamos muy cómodos como estamos y no nos interesa salir a buscar la Voluntad de Dios, para seguir construyendo nuestra vida en santidad. Nos conformamos con ser "buenitos" y no con alcanzar la santidad. He ahí la cuestión....

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