"En aquel tiempo, mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les dijo:
«Si alguno viene viene a mí y no pospone a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío.
Quien no carga con su cruz y viene en pos de mí, no puede ser discípulo mío".
A la gente que acompañaba a Jesús, Él les dijo estas palabras, y eso lo tenemos que tener muy en claro, porque, generalmente, cuando hablamos de renunciar a nosotros mismos se cree que Jesús se lo dijo a sólo a los apóstoles, y por eso, se piensa que eso es sólo para los curas y los religiosos, o las relgiosas y los consagrados. No la renuncia a uno mismo para seguir a Jesús, es para "todos aquellos que lo quieran seguir". Ahora si no quieres seguir a Jesús... eso es otra cosa, pero si lo quieres seguir, ya sabes las condiciones.
Y estas condiciones para el seguimiento de Cristo, es decir, para ser cristianos son condiciones esenciales, es decir que si no aceptas estas condiciones no puedes ser cristiano. Hoy en día creemos que podemos ser cristianos y aceptar que todo se puede vivir o se puede vivir como uno quiera. Y no es así, ¿dónde dice Jesús que podemos vivir de cualquier manera? ¿dónde dice Jesús que podemos aceptar la moda del mundo para hacer lo que queramos y no lo que Dios nos pide?
Claro que no renunciamos para perder la vida y dejar de ser personas, sino que renunciamos a nosotros mismos para llegar a ser Hombres en plenitud. Y eso lo sabemos porque María, la Virgen Madre de Jesús nos lo ha demostrado con su propia vida. "He aquí la esclava del Señor, que se cumpla en mí según has dicho", y María ha sido la perfectísima porque se dejó modelar por Dios, dejó que el Señor guiara su vida y en cada momento pudo seguir siendo Fiel, hasta la Cruz de su Hijo.
Está claro que no es un camino fácil, pero Ella y su Hijo lo recorrieron, por eso nos invitan a hacerlo a nosotros y Jesús lo pone como condición sin la cual no se puede alcanzar el Reino, y no se puede ser su discípulo.
Hoy en día vemos que es una condición que no sólo no la viven muchos laicos, sino que tampoco la vivimos muchos consagrados (llámase curas, mojas, religiiosas, religiosos, consagrados...) pareciera que la renuncia a nosotros mismos ha pasado de moda que se nos ha olvidado que forma parte de la vida cristiana, y por eso, la obediencia a nuestros superiores no es algo que tenga mucho valor en la vida eclesial. Y todo porque en el mundo se nos está predicando que el mejor camino es la libertad de hacer lo que te de la gana, ¡total todo da lo mismo!
Y no han sido esa las Palabras que escuchamos de parte de Jesús, no es lo mismo...
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