miércoles, 7 de febrero de 2018

Lo puro y lo impuro

"En aquel tiempo, llamó Jesús de nuevo a la gente y les dijo:
«Escuchad y entended todos: nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre».
Muchas veces nos ponemos mal, nos entristecemos y hasta nos ponemos a llorar cuando alguien habla mal de nosotros, cuando escuchamos que dicen tal o cual cosa de nosotros y sabemos que no es verdad. Nos hace daño el que amigos o no dañen nuestra imagen o siembren entre la gente calumnias y mentiras. Y por eso tenemos que recordar esta frase de Jesús: "nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro".
Nada de lo que los demás digan o hagan en mi contra puede hacerme daño, si yo no dejo que lo hagan. El daño me lo hacen cuando dejo que lo que los demás digan de mí entristezca mi corazón, vaya sembrando el rencor y llegue a ser odio algún día. Soy yo quien tiene el poder de que lo de afuera dañe mi interior, sólo yo tengo la llave del corazón para saber qué es lo que dejo entrar en él o salir.
Si mi corazón está sano y no tiene nada de qué acusarse que no se aflija de lo que digan los demás. "No tengáis miedo de los que matan el cuerpo, tened miedo de aquél que puede matar el cuerpo y el alma", dijo Jesús.
Cuando vivo e intento vivir en Fidelidad a la Vida del Señor no tengo que afligirme por lo que digan los demás. Aceptaré los consejos de quienes bien me quieren para seguir madurando y creciendo, pues sabemos que siempre tenemos que convertir algo, pero también sabré a qué cosas escuchar y qué palabras obedecer. Pero si lo que los demás quieren es dañar mi corazón y destruir lo que Dios ha ido construyendo en mí... a eso no he de hacerle caso, pues nada que venga de afuera de mí podrá hacerme daño o impurificar mi alma.
Y ahí también reside la fórmula de Jesús, tendré que tener en cuenta mi manera de pensar, mi manera de dejarme convencer por los demás, por el mundo. Tendré que ir aprendiendo a elegir mi forma de actuar y pensar para que todo mi ser adquiera, cada día, más santidad para que mi vida sea como Dios la pensó, como Dios quiere, es decir, de acuerdo a Su Voluntad y no a la mía.
Por eso mismo el Señor le da a los apóstoles una lista de pecados que hacen daño al hombre, pues son los pecados que brotan del corazón enfermo del hombre:
«Lo que sale de dentro del hombre, eso sí hace impuro al hombre. Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los malos pensamientos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, malicias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro».

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.