El Evangelio de hoy nos presenta una situación que pareciera que no tiene nada que ver con nuestras vidas, pero eso a simple vista, y si profundizamos un poco vamos a ver que algo tiene que ver. Claro, eso nos pasa siempre que leemos la Palabra de Dios, a vuelo de pájaro no nos dice nada, y por eso tenemos que dedicarle un poco más de tiempo para saber leer no entrelíneas sino dejar que la Palabra me hable y no hablarle yo a la Palabra. Porque a veces uno va a que le digan lo que quiere oír, por eso no escucha lo que le dicen porque no es lo que quiero, pero si presto atención, lo que me dicen es lo que necesito.
Pero bueno, vayamos al ruedo, porque lo que hoy a mí me atrae de esta Palabra es la situación de los apóstoles: ven una situación complicada, porque la gente ya tiene hambre y necesitarían irse a algún lugar para encontrar alimento. Eso es una realidad: tenemos un problema, ¿a quién recurrimos? ¿qué hacemos? Hacemos lo lógico: que se vayan a sus casa y busquen comida, por eso le decimos a Jesús: dile a la gente que se vaya a comer. Todo muy lógico y simple.
Pero Dios no tiene la misma lógica y simpleza que nosotros, por eso Jesús les responde: "Denles ustedes de comer". ¿Cómo? ¿Qué estás diciendo? Pero... ¿si yo no puedo hacer eso, el problema es muy grande! No tengo tanta capacidad para hacer eso. Si sólo tenemos cinco panes y dos pescados ¿qué es eso para tanta gente?
Y Dios no se ahoga en un vaso de agua, y simplemente nos dice: pues traédmelos. Y se produce el gran milagro de la multiplicación y todos quedan contentos y conformes. Eso si, no hay que desperdiciar los dones de Dios, por eso "recoged en canastas lo que sobra".
Cuando confiamos en Dios sabemos que no hay problemas para los problemas, pues como decía un amigo: si un problema tiene solución no es problema, y si no tiene solución ¡para que te vas a hacer problema! Pero en nuestra relación con Dios, siempre Él nos va a salir con la misma respuesta: Tú puedes con mi Gracia. Pero primero "escúchame". Porque la confianza en Dios es "confianza en Dios", no que confío en Dios y hago lo que quiero, sino que voy a Él a buscar Su Gracia, primero para saber si esto que me está agobiando es algo de lo que yo me tengo que ocupar, y si es así, Dios me va a decir "no temas, pequeño rebaño, porque a vuestro Padre le ha parecido bien daros a vosotros el Reino". Y si va a darnos el Reino, o mejor dicho, si nos ha dado el Reino, no nos va a conceder lo necesario para solucionar nuestros pequeños o grandes problemas?
Pero a no olvidarnos que todo lo podemos en Aquél que nos conforta, y quien nos conforta no somos nosotros mismos, sino que es Aquél que dio su Vida para que tuviéramos Vida y Vida en abundancia.
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