La Visitación de María a Isabel lleva consigo mucho para meditar, a ver si me sale un esbozo de cada una para poder llevar todo a nuestro corazón, como María, para meditar en silencio y en oración.
"En aquellos días, María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá".
La disponibilidad de María a la Voluntad de Dios lo vemos en la Anunciación del Ángel, cuando se hace "esclava" de la Voluntad de Dios: "he aquí la esclava del Señor". Pero no sólo es disponibilidad, sino que es una disponibilidad pronta, rápida, pues no duda en responder al Ángel, sino que, también, responde a la necesidad de Isabel, que en su vejez estaba embarazada.
Ahí, María, nos da ejemplo no sólo de la disponibilidad pronta la Voluntad de Dios, sino que, también, esa misma disponibilidad la tiene con sus hermanos: se puso en camino de prisa hacia la montaña.
Muchas veces nos sucede que estamos prontos para las cosas de Dios, pero poco prontos para la ayuda a los hermanos, o, mejor dicho, como dirían nuestros padres: estamos prontos para lo que nos gusta, pero no para lo que debemos hacer.
"Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y levantando la voz".
Como María, también nosotros, llevamos el Espíritu Santo que nos fuera dado en el bautismo, y por eso, como Ella, cuando visitamos a alguien llevamos el mismo Espíritu. Por eso no debemos dejar para nosotros lo que Dios nos ha dado, pues nos ha enviado a llevar a los demás los frutos del Espíritu: amor, alegría, esperanza, paz, consuelo...
"María dijo: «Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humildad de su esclava”.
Y, por último, la humildad de María, reconocer la humildad no significa desaparecer de la realidad, sino que se reconoce la grandeza del Señor, y desde esa disponibilidad pronta a Su Voluntad, se vive la pequeñez de saber que sin Él nada se puede hacer. Esa pequeñez unida a la disponibilidad pronta a la Voluntad de Dios nos da la paz necesaria para ser Fiel, y la Fidelidad a Dios nos da la alegría de sabernos amados y salvados. Por eso, desde la alegría se sirve al Señor con disponibilidad pronta, sin mirar si puedo o no puedo, porque el poder lo tiene el Señor y no el instrumento.
Y así la instrumentalidad mariana nos enseña y nos anima a no dejarnos llevar por la autosuficiencia terrena, sino que, sabiéndonos pequeños e hijos dejar que el Padre nos guíe y nos ayude a ser portadores de la Buena Noticia de la Salvación.
"Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mi: “su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación”.
viernes, 31 de mayo de 2024
Instrumentalidad mariana
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