domingo, 24 de mayo de 2020

Enviados

"Los que se habían reunido, le preguntaron, diciendo:
«Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de Israel?».
Les dijo:
«No os toca a vosotros conocer los tiempos o momentos que el Padre ha establecido con su propia autoridad; en cambio, recibiréis la fuerza del Espíritu Santo que va a venir sobre vosotros y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y “hasta el confín de la tierra”».
Los que se habían reunido junto a Jesús antes de la ascención, tenían en su cabeza, todavía, una idea falsa de lo que sería el Mesías: ellos pensaban que vendría a restaurar el Reino de Israel, a liberarlos de la opresión del imperio romano que tanto daño les hacía. Seguían con la idea de que Jesús sería el Rey que gobernaría en el Reino y les daría la libertad que esperaban desde había mucho tiempo. Pero no, no era esa la misión.
Así como en el evangelio nos relata que todavía algunos dudaban de Jesús, algunos todavía no habían enendido cuál era la misión de Jesús, ni cuál sería su misión como discípulos de Jesús.
Es Jesús mismo quien alcara antes de ascender las dos cosas:
- no os toca a vosotros conocer los tiempos o momentso que el Padre ha establecido con su propia autoridad.
Es decir, como alguna vez lo dijo Él mismo: no nos preocupemos de lo que puede llegar a venir, sino vivamos el presente siendo fieles a la Voluntad de Dios. No está en nuestras manos ni el pasado ni el futuro, sino que, la confianza en al Providencia Divina nos ayudará a vivir el presente con total fidelidad.
- en cambio, recibiréis la fuerza del Espíritu Santo que va a venir sobre vosotros y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaría y hasta el confín de la tierra.
Será el Espíritu Santo quien nos fortalezca y oriente para ser Fieles a la Voluntad de Dios, pues la misión encomendada, no sólo a los apóstoles, sino a todos los discípulos es llevar la Buena Noticia a todos los hombres hasta el fin de los tiempos. Pero no será que lo hagamos por nuestra cuenta y riesgo, sino que lo haremos según nos inspire y oriente el Espíritu Santo, que el Señor nos dará el día de Pentecostés, siendo ese día, para nosotros el día de nuestro Bautismo y nuestra Confirmación de la Fe.
Es cierto que las cosas que van sucediendo en el día a día nos preocupes, nos desorientan y nos quitan, muchas veces, la esperanza de poder ser Hombres Nuevo, de poder vivir en un Mundo Nuevo; es por ello que el Señor no quiere preocuparnos en cuándo será el día o cómo será ese día, sino que dejando actuar al Espíritu Santo en nosotros, sólo nos ocupemos en vivir en Fidelidad a Dios, en Fidelidad a la Vida que el Padre nos pide día a día. No permitamos que las preocupaciones del mundo nos quiten la alegría de sabernos hijos de Dios, ungidos por el Espíritu Santo y enviados a llevar un Mensaje de Salvación a todos los Hombres hasta el final de los tiempos.

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