"Queridos hermanos:
Glorificad a Cristo el Señor en vuestros corazones, dispuestos siempre
para dar explicación a todo el que os pida una razón de vuestra
esperanza, pero con delicadeza y con respeto, teniendo buena conciencia,
para que, cuando os calumnien, queden en ridículo los que atentan
contra vuestra buena conducta en Cristo".
Dar razones de nuestra
esperanza... es lo que nos pide Dios por medio de San Pedro. Es lo que
llamamos dar testimonio de lo que creemos, pero siempre, como dice
Pedro, con delicadeza y con respeto. En estos tiempos que vivimos no
siempre nos encontramos con quienes quieren debatir sobre nuestra fe, o,
mejor dicho, quieren que reneguemos de nuestra fe, y para ello, siempre
usan los mismos argumentos terrenales: que el oro del vaticano, que los
pecados de los curras, que la vida de estos, que aquello, que lo
otro... Generalmente, como se llama en idioma de internet son los trolls
que lo que buscan es irritar y no confrontar, porque cuando quieren
confrontrar comienzan a utilizar otro lenguaje que no se puede aceptar.
Por eso mismo san Pedro nos pide delicadeza y respeto, y, sobre todo
teniendo buena conciencia, es decir sabiendo que lo que yo vivo es lo
correcto (aunque siempre tengamos noción de nuestro pecado personal), y,
sobre todo, entendiendo que quien no quiere entender nunca va a
entender aunque baje Dios y se lo explique.
Por eso tenemos que
tener siempre conciencia de en Quién hemos puesto nuestra confianza, y
Quién es a quién le creemos y por Quién vivimos. Las razones de nuestra
esperanza están puestas en Dios, en el Amor de Dios por mí, por los
hombres, en la Palabra y en la Promesa de Dios, y no en la palabra y la
promesa de los hombres.
Lamentablemente todos somos humanos, los que
habitamos este mundo, y todos tenemos nuestro pecado personal, además
del pecado original, por lo cual ninguno puede tirar la primera piedra
por ser Inmaculado, sin ningún pecado. Pero sí saber que estamos en el
Camino de perfección constante, de querer vivir en Cristo y vivir para
Cristo, pues sabemos que es el Único Camino que nos lleva a la Vida
Verdadera, en la Verdad y la Justicia.
Sabemos y estamos seguros que
en el momento de nuestra defensa, no seremos nosotros quienes nos
tengamos que defender sino que será el Espíritu que mora en nosotros
quien nos dará las palabras necesarias y justas para alcanzar la razón y
la confianza en el Señor:
"Si me amáis, guardaréis mis
mandamientos. Y yo le pediré al Padre que os dé otro Paráclito, que esté
siempre con vosotros, el Espíritu de la verdad. El mundo no puede
recibirlo, porque no lo ve ni lo conoce; vosotros, en cambio, lo
conocéis, porque mora con vosotros y está en vosotros".
Quienes no
lo han conocido no pueden dar razones de lo que quieren o esperan, pero
nosotros que lo hemos recibido y que lo tenemos en nuestros corazones
tenemos que aprender a escucharlo para que nos ayude, en cada momento, a
saber hablar y dar razones del por qué creemos y por qué vivimos en
Dios y para Dios.
domingo, 17 de mayo de 2020
Dar razones de nuestra fe
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