Como siempre a las carta de san Pablo hay que desmenuzarlas y sacarles bien el jugo que tienen, pues nos dan pautas para nuestra vida cotidiana, no sólo en relación con los demás, sino, también, en relación con nosotros mismos. Y eso es lo que intentaré, aunque sé que pueden quedar muchas cosas por reflexionar, pero eso lo hará, cada uno, en su corazón y con el Señor.
"Que la gente solo vea en nosotros servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios. Ahora, lo que se busca en los administradores es que sean fieles".
Pablo habla de sí mismo como Servidor de Cristo, lo mismo que cada uno de los apóstoles, y, también (no nos quitemos el sayo) todos los que hemos decidido seguir a Jesús, somos discípulos y misioneros, servidores de Su Palabra. Y ¿qué se nos pide? No buscar la fama para nosotros mismos, sino ser fieles servidores de la Palabra de Dios.
Y ¿qué significa esto? No mirar lo que nos gustaría hacer sino lo que Dios quiere que hagamos, no ver cómo agradar al mundo sino cómo agradar a Dios, no intentar adecuar la Palabra al mundo sino llevar el mundo a Dios, no permitir que el mundo nos transforme sino transformar el mundo, y, por eso recordar que Quien nos llamó a una misión concreta es el Señor y no el príncipe de este mundo, por eso hemos de vivir en la Luz y no en las tinieblas.
Así, lo que el Servidor buscará será la Fidelidad a la Voluntad de Dios y no la fidelidad a sí mismo, no la fidelidad a las ideologías del mundo sino a la Palabra de Dios, no la Fidelidad a la muerte que nos propone el mundo sino la Fidelidad a la Vida que nos trajo Jesús.
Por eso, en cada paso que vamos dando, lo que tenemos que examinar es nuestra Fidelidad a la Voluntad de Dios, no dejarnos llevar por los juicios de los hombres, sino por el juicio que pueda hacer el Señor de nuestra vida, de nuestros actos, de nuestra fidelidad a Su Amor. Sabiendo que Él conoce mejor nuestro corazón y nuestras intenciones, por eso, encomendándonos a Su Misericordia intentaremos, cada día, ser Fieles a la Vida que Él nos dio y nos pide vivir.
"Para mí, lo de menos es que me pidáis cuentas vosotros o un tribunal humano; ni siquiera yo me pido cuentas. La conciencia, es verdad, no me remuerde; pero tampoco por eso quedo absuelto: mi juez es el Señor".
viernes, 6 de septiembre de 2024
La fidelidad del Servidor
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