"En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No todo el que me dice "Señor, Señor" entrará en el reino de cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos".
El Señorío del Señor no es algo para tomar a la ligera, sino que es algo que tenemos que profundizar y meditar todos los días al levantarnos. Es decir, tenemos que tomar conciencia al levantarnos que el Señorío del Señor es para nuestra vida, para que podamos seguir siendo fieles a lo que decimos que somos: cristianos. El Señor es el Rey de nuestras vidas, pues al aceptar ser cristianos, aceptamos vivir como Cristo, y ¿cómo vivió Cristo? Haciendo la Voluntad del Padre: no he venido a hacer mi voluntad sino la del que me envió.
En realidad, o en verdad, Jesús no nos ha pedido nada que Él no haya vivido primero, por eso, cuando nos invitó a seguirlo (no nos ha obligado a seguirlo) nos dijo: quien quiera venir detrás de mí (es decir: seguirlo) renuncie a sí mismo, cargue su cruz de cada día y sígame.
¿Por qué renunciar a nosotros mismos? Porque solamente renunciando a nuestro YO podemos aceptar la Voluntad del Padre, sino es algo imposible de hacer, porque siempre tendré un pero o un argumento para decir: "después lo hago", o "esto no es para mí", o "no puedo" o simplemente pasar de largo de lo que Él quiere. Que es lo que habitualmente, muchos, hacemos porque no hemos renunciado a nuestros gustos, planes, proyectos, etc., y, sobre todo, porque algunos no hemos descubierto la Voluntad de Dios, o no nos disponemos a discernir cuál es Su Voluntad para mi vida.
Por eso mismo, porque no nos disponemos a discernir Su Voluntad es que nuestro cristianismo se ha edificado como una casa sobre arena, porque no tiene los cimientos firmes y fuertes como debería tenerlos, sino que ante cualquier adversidad o cualquier ideología transitoria me revelo contra Dios o me sumo a otras ideas que me libran de la Voluntad de Dios.
Cuando Jesús nos invita a seguirlo quiere darnos la Gracia necesaria y suficiente para poder ser coherentes con nuestra vida, es decir, ser Fieles a la Voluntad de Dios para nuestra vida, porque sabe que ese es el único Camino que nos lleva a la Vida Verdadera. Aunque, creo, que son pocos los que piensan en la Vida Verdadera, sino qu ese han dejado convencer con que hay que vivir la vida pues sólo son 4 días, y por eso la vivimos de acuerdo a lo que el mundo nos va indicando, y no buscamos, aunque digamos Señor, Señor Su Voluntad. Así en lugar de ser luz para el mundo somos tinieblas porque hoy vamos para este lado y mañana para el otro, en lugar de seguir el Camino que Jesús recorrió primero y que nos demostró que nos conduce a la Vida.
En nuestra vida, ya sea humana o cristiana, siempre habrá tempestades que nos sacudan desde los cimientos, el problema es cómo estarán esos cimientos, tanto de nuestra personalidad como de nuestra fe.
"El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca".
jueves, 27 de junio de 2024
Nuestros cimientos
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