jueves, 23 de abril de 2020

Venimos de lo alto

"El que viene de lo alto está por encima de todos. El que es de la tierra es de la tierra y habla de la tierra. El que viene del cielo está por encima de todos. De lo que ha visto y ha oído da testimonio, y nadie acepta su testimonio".
¿De qué cosas hablamos? O, mejor dicho ¿transmitimos lo que hemos visto y escuchado? Eso seguro que transmitimos lo que ¿hemos visto? y escuchado. Sí, porque el hablar de lo que no hemos visto y de lo que hemos escuchado, es algo que hacemos diariamente. Los comentarios (chusmeríos o cotilleos, como quieran llamarlos) es lo que habitualmente hacemos. Nos gusta hablar de lo que hemos escuchado que nos han dicho que han dicho...
Es ahí cuando nos damos cuenta que somos muy humanos, que nos manejamos con comentarios muy banales y, muchas veces, muy llenos de envidia, rencor, venganza, y, si podríamos analizarlos mejor, hasta nos daría vergüenza comentar ciertas cosas o hablar de ciertas cosas.
Y ¿cuántas veces hablamos de nuestra fe? ¿Cuántas vecesdamos testimonio de lo que creemos? ¿Cuántas veces invitamos a alguien a rezar? ¿Cuántas veces ayudamos a alguien a encontrar la voluntad de Dios para sus vidas?
Por eso Jesús nos dice: "el que viene de lo alto está por encima de todos. El que es de la tierra es de la tierra y habla de la tierra". Nosotros ¿de dónde venimos? Sí, venimos de la tierra, pero se nos ha dado el Espíritu que viene de lo alto, por lo tanto, hemos vuelto a nacer de lo alto, hemos nacido de Dios, y, por eso, "no solo nos llamamos sino que somos hijos de Dios". Y eso se tiene que notar, eso tiene que hacer diferencia de cómo hablamos, de lo que hacemos, de cómo lo hacemos, de cómo vivimos.
"Pedro y los apóstoles replicaron:
«Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero. Dios lo ha exaltado con su diestra, haciéndolo jefe y salvador, para otorgar a Israel la conversión y el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen».
Cuando obedecemos a Dios, cuando"buscamos el Reino de Dios y su justicia" lo demás viene por añadidura, dice el Señor, y gracias a la obediencia, el Señor nos el Espíritu Santo para fortalecernos, para ayudarnos a seguir siendo fieles para dar testimonio de lo que hemos visto y creído.

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