"Llevamos el tesoro en vasijas de barro, para que se vea que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no proviene de nosotros".
Pero ¿cuál es el tesoro que llevamos dentro de nuestra vasija? Porque "donde esté tu tesoro ahí estará tu corazón", entonces tenemos que saber bien dónde está nuestro tesoro y, sobre todo, qué consideramos tesoro en nuestra vida.
¿Cuál es el tesoro al que se refiere san Pablo? ¿Es el mismo que suponemos nosotros que llevamos en nuestra vasija?
Puede ser que san Pablo se refiera al Don de la Fe, a la Vida Nueva que nos dio Jesús con su Resurrección, al Espíritu Santo que habita en nosotros desde nuestro bautismo, o simplemente al Don de la Vida que nos ha sido otorgado.
Pero, en realidad, somos nosotros mismos quienes tenemos que definir cuál es el tesoro que queremos conservar, cuál es el tesoro que tenemos que hacer crecer, y, sobre todo, que ese tesoro de a nuestra vida un brillo particular, especial.
"Atribulados en todo, más no aplastados; apurados, mas no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados , mas no aniquilados, llevando siempre y en todas partes en el cuerpo la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo".
Es la vida de Jesús la que está en nuestras vasijas, y esa es la vida que hace irradiar a nuestra vida un brillo diferente, porque es la Vida en el Espíritu. Y, será ese Espíritu, quien nos acompañe y nos aliente en cada paso de nuestra vida. Será ese tesoro quien nos haga levtarnos ante cada caída, quien nos permita seguir luchando en cada combate, seguir caminando luego de cada tropiezo, y así, paso a paso alcanzar la meta sin perder la fe, sino todo lo contrario, nuestra fe irá madurando y llenando nuestra vida de más Vida aún.
"Pero teniendo el mismo espíritu de fe, según lo que está escrito: «Creí, por eso hablé», también nosotros creemos y por eso hablamos; sabiendo que quien resucitó al Señor Jesús también nos resucitará a nosotros con Jesús y nos presentará con vosotros ante él.
Pues todo esto es para vuestro bien, a fin de que cuantos más reciban la gracia, mayor sea el agradecimiento, para gloria de Dios".
Cuanto más valoremos el tesoro que llevamos oculto en nuestro corazón, más Gracia tendremos para hacerlo fructificar, más Gracia tendremos para continuar siendo Fieles a la Vida que se nos ha llamado a vivir.
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