"Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él:
«Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño».
Natanael le contesta:
«¿De qué me conoces?».
Jesús le responde:
«Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi».
Natanael respondió:
-«Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel».
¿Por qué Jesús lo define de ese modo a Natanael? Porque él puede ver las intenciones del corazón y cómo es el hombre desde su corazón, no se queda sólo con lo exterior y sus formas, sino que nos ve desde adentro, pues el Espíritu que habita en nosotros es quien habla por nosotros.
Nosotros, los simples mortales, sólo vemos el exterior y las formas, por eso tenemos, muchas veces, los malos juicios y los prejuicios de "etiquetar" a las personas por sus formas y obras, sin ponernos a pensar el por qué obras o dicen esas cosas.
Se nos da muy bien prejuzgar y juzgar, y, sobre todo, el comentar nuestros juicios, lo que nos lleva a condenar, muchas veces, a una persona a una muerte social por lo que "sin querer" hemos dicho por el pueblo.
No nos damos cuenta que no sólo no tenemos que juzgar a las personas, sino que, aunque nuestra inteligencia nos lleve a emitir un juicio sobre alguien, siempre tengo que usar de la misericordia antes de hablar de ella o de hablar sobre ella, pues "con la bara con que mida seré medido", o, también como dice el Señor: "no hagáis a los demás lo que no os gusta que hagan con vosotros".
Por eso, cuando Natanael oyó lo que dijo Jesús sobre él quedo conmovido y eso le llevó a abrir su corazón a algo más que a las palabras que salían de su boca, abrió su corazón a la Gracia que el Señor le estaba dando y, así, él mismo pudo ver más allá del hombre de Nazaret, y así pudo exclamar: "tú eres el Hijo de Dios".
Hay un refrán que dice: "se cazan más moscas con una gota de miel que con mucha hiel", y así, con la misericordia podemos llegar a mostrar un verdadero camino a aquellos que buscan al Señor. Felipe llegó hasta Natanael para mostrarle lo que él había encontrado: a Jesús de Nazaret, pero Natanael se encontró con el Hijo de Dios, el Rey de Israel.
Y, ahí tenemos otra cosa más en qué pensar: somos como Felipe que le acercamos a los demás la figura de Jesús o no tenemos el valor de hablar de nuestra fe a los demás?
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