sábado, 15 de agosto de 2020

Modelo de Hombre Nuevo

"Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel de Espíritu Santo y levantando la voz, exclamó:
«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!"
Isabel llena del Espíritu Santo hace la primera afirmación sobre la bienaventuranza de María, un afirmación que hacemos cada día que rezamos el Ave María, pues es el mismo Espíritu, quien nos hace afirmar los misterios de nuestra fe; y es el mismo Espíritu quien nos ayuda a vivir lo que afirmamos. Porque al afirmar la bienaventuranza de María, lo hemos de hacer con la misma alegría que Isabel, pues en ese momento, cuando rezamos, estamos junto a María que ha venido a visitarnos, y está junto a nosotros cuando rezamos con Ella.
"¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá».
Sí, ¿quié soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Soy su hijo, porque el Hijo nos hizo hijos de María desde la Cruz, por eso, la Madre siempre estará a nuestro lado para escuchar nuestro corazón, para alentarnos en el caminar, para ayudarnos a ser Fieles a la Vida que el mismo Señor nos ha dado y nos pide vivir.
"María dijo:
«Proclama mi alma la grandeza del Señor, “se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humildad de su esclava”.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mi: “su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación”.
Será así también nuestro himno de alabanza al Padre, porque en nuestra pequeñez el Padre se ha fijado y nos ha elegido para ser sus instrumentos, como María, para llevar con nuestras vidas, un mensaje de salvación a todo el mundo. Como María llevamos su Palabra en nuestras vidas, o, mejor la Palabra se hace vida en nosotros y la comunicamos al Mundo para que "el mundo crea que Él nos ha enviado" y "creyendo encuentren caminos de salvación".
Por eso María es nuestro modelo de Vida, pues Ella aceptó renunciar a su libertad para dejarse modelar por el Padre, Ella entregó toda su Vida a las manos del Padre y Él la llenó de Vida y así ha llegado a ser el Hombre Nuevo que todos esperamos y desamos alcanzar.

 

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