Le insiste San Pablo a los Filipenses:
"Hermanos:
Si queréis darme el consuelo de Cristo y aliviarme con vuestro amor, si nos une el mismo Espíritu y tenéis entrañas compasivas, dadme esta gran alegría: manteneos unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo sentir".
Hoy estoy volviendo a mi ritmo normal, sin dejar de estar con el corazón junto a mi familia, sabiendo que día a día todo puede cambiar, pero siempre con la confianza puesta en que el Señor nunca nos pedirá algo más fuerte y pesado de lo que podamos llevar. Pero en este Camino siempre Él nos da un empujón, nos lleva de Sus Manos, si nos dejamos conducir; nos cobija bajo sus Alas, si nos hacemos pequeños y necesitados; pero nunca nos cobijará y nos sostendrá si no intentamos estar junto a Él, si no volvemos a creer en Él.
Quizás sean necesarios algunos golpes para darnos cuenta de lo que es importante y de cuál es el Camino a recorrer, de cuáles son las cosas que hemos dejado de lado por buscar otras que parecían importantes pero que no eran necesarias; siempre, como decían las abuelas "un gopecito a tiempo nos hacer razonar y reflexionar a tiempo" (eran otras palabras pero para que no me digan que hago apología de la violencia...) Y por eso siempre Dios nos da una nueva oportunidad para revisar nuestra vida y nuestro caminar.
En estos días nos hemos llenado de brujas, muertos, zombies y tantas otras cosas más que hacen mención a algo que no es de nuestra vida cristiana. Puede ser un juego? Sí, puede ser un juego. Pero jugando y jugando las cosas se van metiendo en nuestra manera de ser, de pensar, de actuar. Y por eso tenemos que ponernos a pensar, como nos invita San Pablo, a mantenernos firmes en nuestra fe, concordes en un mismo amor y sentir. Estas fiestas de Brujas y de Muertos ¿es propia de nuestra fe cristiana? Y ¿si no es propia de nuestra vida cristiana por que la aceptamos? ¿Por qué los cristianos nos hacemos eco de cosas que no creemos? Porque si las hacemos y las incorporamos a nuestras vidas es porque aceptamos esa forma de vivir. ¿No es algo contradictorio? ¿Es ese el sentir y el vivir que nos pide el Señor?
Y así como esto hay un montón de cosas más: ¿será necesario que podamos hacer una revisión de lo que hacemos y vivimos para no hacer y vivir lo que creemos que no creemos?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.