"Pasando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés, el hermano de Simón, echando las redes en el mar, pues eran pescadores. Jesús les dijo: «Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres». Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron".
Ya se han pasado los villancicos y los aires festivos de la Navidad, sólo nos queda la fiesta de San Blas y el Carnaval… poca cosa para el Pueblo.
Pero, dentro de todo lo que llevamos en nuestra comunidad el Señor nos vuelve a llamar, como a los primeros apóstoles, y nos envía a “pescar hombres”, es decir a llevarle al mundo la Buena Noticia del Reino de los Cielos. Claro que para responder tenemos que ser como los primero: inmediatamente.
Los primeros llamados por Cristo no se detuvieron a pensar en quienes era, qué vivían, qué tenían que hacer, cómo hacerlo y tantas preguntas que nos surgen cuando Dios nos pide algo que sale de nuestra rutina.
Sin embargo, en estos tiempos, el Señor nos está pidiendo como en aquel tiempo inmediatez en las respuestas: “que tu Sí sea Sí, y que tu no sea no”. Hoy el mundo necesita de nosotros una respuesta rápida y firme y, sobre todo, fiel al Evangelio de Jesucristo. ¿Estás dispuesto a darla?
Los primeros discípulos no dudaron en seguir a Jesús, y todos, menos San Juan, entregaron sus vidas en el martirio para defender aquello que Jesús les había transmitido, porque entendieron que, para ellos, lo más importante y esencial en sus vidas era su Fe y el Amor que Cristo les había mostrado.
Hoy, para nosotros, muchas veces la Fidelidad al Evangelio pasa por “cumplir” con algunos requisitos de la religión, y, por eso, no tenemos demasiada vida para dar, porque no vivimos la Vida de Jesús, sino que cumplimos los requisitos y, muchas veces, algunos ni siquiera los esenciales.
Por eso, en este tiempo de tantas tinieblas, de tanto pecado, de tanta muerte y divisiones, Jesús nos vuelve a llamar, a todos y a cada uno, en el lugar donde este: en el trabajo, en el colegio, en el instituto, en la casa, como padres, adolescentes, jóvenes, mayores y nos pide que lo sigamos, que dejemos todo lo que estamos haciendo y que hemos programado para vivir con Él, para aceptar el desafío de ser pescadores de hombres, pues los hombres de este tiempo van por caminos que nos los conducen a la Vida.
Y, por supuesto, nos pide disponibilidad y confianza. Disponibilidad para hacer lo que Él nos diga, y, por supuesto que, para ello, necesitamos confiar en que Él sabe mejor que nosotros lo que podemos dar. No dudemos en que nos llevará, como los apóstoles, por el mejor de los Caminos.
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