viernes, 12 de enero de 2024

Dales un rey

"El pueblo se negó a hacer caso a Samuel y contestó:
- «No importa. Queremos que haya un rey sobre nosotros. Así seremos como todos los otros pueblos. Nuestro rey nos gobernará, irá al frente y conducirá nuestras guerras».
Samuel oyó todas las palabras del pueblo y las transmitió a oídos del Señor.
El Señor dijo a Samuel: - «Escucha su voz y nómbrales un rey».
Hay veces que, aunque les digamos todo lo mal que les puede salir una causa, igualmente seguimos con la misma perorata. Hasta que todo lo que nos habían dicho se cumple, y ¿quién tiene la culpa? Seguramente que Dios... porque siempre lo hacemos culpable de todo lo que pasa y de lo que nos pasa.
Sin embargo, el Señor nos viene advirtiendo de por dónde pueden ir nuestros caminos si seguimos haciendo lo que todo el mundo hace, pero lo que nos importa es "ser como los otros pueblos".
Y, como vemos en la respuesta de Dios al pueblo Él no le quita la libertad de elección y, por supuesto, a nosotros tampoco. Sí, somos libres de ir en contra de la voluntad de Dios, a pesar de todo lo que vemos y de todo lo que Él nos ha ido diciendo a lo largo de la historia, e, incluso, de nuestra vida personal. Pero seguimos parados sobre nuestros 13 y queremos hacer lo que todo el mundo hace.
Y lo puedes hacer. Nadie va a impedirte que hagas lo que todo el mundo hace, pero después ¿reconocerás que te has equivocado de elección? ¿Reconocerás que a pesar de haberte advertido por diestra y siniestra tomaste la decisión equivocada?
Muchas veces somos muy autosuficientes para tomar decisiones y nos hacemos los fuertes y valerosos para decir que nos haremos cargo de las consecuencias, pero, al final, como niños pequeños vamos llorando al regazo de la madre para que nos calme y nos ayude a pasar el mal trago.
Si, en cambio, descubriéramos el valor de la humildad, del reconocer que no conocemos todos los caminos y que el Creador ya los ha visto y sabe por dónde va el mundo, entonces podríamos recorrer el camino de la vida con mucha más tranquilidad y seguridad. Pero, como nos ha hecho creer que somos los dueños de todo, entonces no, yo sé lo que hago y sé lo que quiero, nadie tiene que venir a decirme por dónde debo ir y cómo vivir. Quiero hacer lo que todo el mundo hace.
Pues bien "dales un rey".

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