miércoles, 10 de enero de 2024

Saber a quien escuchar

"El Señor llamó a Samuel, por tercera vez. Se levantó, fue a donde estaba Elí y dijo: - «Aquí estoy; porque me has llamado».
Comprendió entonces Elí que era el Señor el que llamaba al joven. Y dijo a Samuel: - «Ve a acostarte. Y si te llama de nuevo, di: "Habla, Señor, que tu siervo te escucha"». Samuel fue a acostarse en su sitio.
Cada vez que aparece este relato del llamado de Samuel vuelvo al primer día del seminario, pues cuando entré en la Casa de Formación, en esa Misa se leyeron estas lecturas. Efraín nos habló de este llamado del Señor a Samuel.
Muchas veces oíamos el llamado del Señor, pero como no estamos entrenados en escucharlo vamos a quien más cerca tenemos: en este caso Samuel creía que era Elí quien lo llamaba.
Elí fue sincero las dos primera veces en decirle que se vuelva a acostar, pero, en algunos casos no tenemos un interlocutor sincero y nos da una recomendaciones que no son buenas. Y ahí es cuando, también, me acuerdo que, varios, cuando me decidí por el sacerdocio me recomendaban que no hiciera caso porque eso no lo iba a poder soportar o que eso no era para mí o que como laico podía hacer lo mismo. Pero Dios puso a mi lado un Elí que supo acompañarme y ayudarme a escuchar mejor la Voz del Señor.
El P. Eduardo fue mi Elí que me permitió escuchar bien al Señor. Y por eso tenemos, muchos de nosotros, que saber buscar a quien escuchar, si realmente queremos escuchar al Señor. Porque, también en cierto que, muchas veces, no queremos oír al Voz del Señor, porque sabemos que lo que nos va a pedir no lo queremos hacer. Y, lamentablemente, hay muchos que nos invitan a escuchar la voz del mundo que nos lleva por sus propios caminos y nos aleja del llamado del Señor.
A Elí le costó entender que era el Señor quien llamaba, pero cuando lo entendió, se lo dijo a Samuel, y Samuel hizo caso a la recomendación de Elí.
"El Señor se presentó y llamó como las veces anteriores: - «¡Samuel, Samuel!».
Respondió Samuel: -«Habla, que tu siervo escucha».
Samuel creció. El Señor estaba con él, y no dejó que se frustrara ninguna de sus palabras. Todo Israel, desde Dan hasta Berseba, supo que Samuel era un auténtico profeta del Señor".
Y así es como deberíamos actuar todos: saber buscar a quien nos guíe y enseñe a escuchar, pero también a quien nos ayude a responder, y para eso que nos enseñen a ser fuertes para abrir el corazón al Espíritu que es Quien nos ayudará a estar disponibles para la Voluntad de Dios.

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