domingo, 14 de mayo de 2023

Les enviaré al Paráclito

"Y yo le pediré al Padre que os dé otro Paráclito, que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la verdad. El mundo no puede recibirlo, porque no lo ve ni lo conoce; vosotros, en cambio, lo conocéis, porque mora con vosotros y está en vosotros".

Estamos ya en las últimas semanas del Tiempo Pascual, y se va viendo cómo Jesús nos prepara para su ascensión a los cielos y el envío al mundo para anunciar la Buena Noticia. Para poder enviarnos como evangelizadores sabre que necesitaremos algo más que nuestra disposición, por eso “le pediré al Padre que os dé otro Paráclito… el Espíritu de la verdad”. Es el Espíritu Santo quien, desde la ascensión de Jesús, nos alienta e, intenta, movilizarnos para llevar la Buena Noticia del Evangelio a todos los hombres.
Como el mismo Jesús nos dice: “el mundo no puede recibirlo, porque no lo ve ni lo conoce”, y por eso nos envía a nosotros que lo hemos recibido en nuestro bautismo para que lo hagamos conocer. Pero, claro, cómo hacerlo conocer si, aunque lo hayamos recibido, no lo conocemos, porque, a decir verdad, no siempre lo invocamos para que nos ayude, nos aliente, nos fortalezca.
Nuestra relación espiritual y en la oración, generalmente, es con el Padre, o con el Hijo, o con María, pero serán, quizás, pocas las veces que hagamos una oración al Espíritu Santo para que nos ayude a discernir o a buscar la Voluntad de Dios, o, incluso, a poder vivir lo que Dios nos pide, a perdonar, a amar, a pedir perdón…
¿Cómo conocer al Espíritu Santo? Primero partiendo de la verdad de que Él habita en nosotros. Sí, cuando nos bautizaron nos ungieron con el Santo Crisma y nuestro cuerpo se transformó en un templo consagrado para que el Espíritu habite en nosotros y permanezca en nosotros. Por eso, no es difícil poder encontrarlo porque vive en nosotros.
Así es que, el siguiente paso, es aprender a hacer silencio para escuchar a quien vive en mí, pues Él quiere hablar conmigo, quiere darse a conocer, pero si no hacemos una oración silenciosa para dejarlo hablar, nunca podremos entender lo que nos dice, ni tampoco le dejaremos lugar para que nos ayude cuando lo necesitamos.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.