martes, 23 de julio de 2024

He muerto a la Ley

"Hermanos:
Yo he muerto a la ley por medio de la ley, con el fin de vivir para Dios".
Estas palabras de san Pablo a los Galátas nos hablan mucho de cómo vivir en Dios, de cómo ser cristianos, pues no nos dedicamos a "cumplir", sino a vivir. San Pablo descubrió en Jesús y en su Camino el vivir en Dios y vivir para Dios como el mejor modo de ser Fiel a Dios. Antes de su conversión, como él lo dice, había sido un celoso custodio de la Ley, pero, también decía que con la Ley entró la muerte, porque sólo se dedicaban a "cumplir" la Ley y sus prescripciones, pero no a vivir el Espíritu de Dios que era lo esencial de la Ley y los Profetas.
Nosotros, muchas veces, hemos caído en la misma experiencia: cumplir con ritos, con cumplir con preceptos de la Iglesia, pero nuestro corazón se va alejando de la vivencia plena del Amor. Hemos, por error, sido educados en cumplir para no pecar, y nos hemos olvidado de vivir para salvarnos.
"Estoy crucificado con Cristo; vivo, pero no soy yo el que vive, es Cristo quien vive en mí.
Y mi vida de ahora en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí".
Y en esto nos damos cuenta que no vivimos bien, a veces, nuestra fe: cuando el Padre nos pide asumir una cruz, o nos pide dejar nuestros proyectos para asumir algo más alto, o dejar nuestros gustos para vivir su Voluntad, entonces, me enfado, reniego y, hasta en muchos casos, dejo de ser cristiano.
Estar crucificado con Cristo es el camino que el Padre nos ha mostrado para vivir, pero no significa que la Cruz sea el dolor del cuerpo o del alma, sino el dolor de tener que, como nos pidió Jesús: renunciar a nosotros mismos para vivir en Él.
Es la renuncia constante a nuestro YO lo que nos desespera y nos crucifica, pero si no dejamos que Él crucifique nuestro YO humano para resucitar con un YO hijo de Dios, nunca podremos alcanzar la Vida que tanto esperamos, ni podremos alcanzar la meta que el Hijo nos puso como a sus discípulos e hijos del Padre: "sed perfectos porque vuestro Padre Celestial es perfecto, sed santos porque vuestro Padre Celestial es santo". Pero nada de ello lo alcanzaremos si sólo nos dedicamos a cumplir con prescripciones humanas o hacer sólo lo mínimo que nos pide el Señor, sino si comenzamos como San Pablo a descubrir que tenemos que vivir en Dios para poder alcanzar, con Él y por Él la meta que nos presenta día a día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.