"Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, así te ha parecido bien".
El camino de la infancia espiritual lo presentó varias veces Jesús, una vez en el evangelio de este domingo, y otra vez cuando nos dice: quien no se haga como este niño no entrará en el Reino de los Cielos.
Pero ¿qué es la infancia espiritual? Es el camino más simple, pero, también, el más complicado para vivir cuando somos adultos. Es difícil porque ya nos creemos grandes, sabedores de todo y, por eso mismo, totalmente independientes para actuar por nosotros mismos, sin depender de nada y, sobre todo, de nadie.
En cambio, los niños, siempre dependen de sus padres, necesitan de ellos, aunque no tengan uso de razón, pero saben que en sus manos será como mejor estén, porque ellos saben qué significan sus sollozos, a qué hora tienen que comer o a qué hora tienen que dormir, saben cuando deben llevarlos al médico y si hay algún medicamento que necesiten se lo dan aunque lloren al tomarlo.
Claro es que Dios no quiere que seamos hijos que no piensen, que no razonen, no nos quiere incautos que se crean todo sin tener razones para creer, sino que cuando maduramos en la fe, cuando, realmente, nos hemos encontrado con un Dios que es Padre y Todopoderoso, y que conocemos el Amor que nos tiene, entonces nos dejemos guiar por Él, como lo hizo María, que dejó su ego atrás y se entregó por entero a la Voluntad de Dios.
María es nuestro mejor modelo de infancia espiritual, pues dejó de ser adulta para creer en que la Voluntad del Padre, aunque en ese momento no comprendiera, era el mejor camino para alcanzar la felicidad. Es por ello por lo que, llena del Espíritu Santo, exclamó: mi alma canta la grandeza del Señor, porque ha mirado la humildad de su servidora, me llamarán Feliz todas las generaciones.
La infancia espiritual no es un camino para dejar de ser nosotros mismos, sino para alcanzar la plenitud de nuestro ser y llegar a ser lo que realmente queremos y necesitamos ser.
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