viernes, 5 de junio de 2020

Un camino complicado

"Querido hermano:
Me has seguido en la doctrina, la conducta, los propósitos, la fe, la magnanimidad, el amor, la paciencia, las persecuciones y los padecimientos, como aquellos que me sobrevinieron en Antioquia, Iconio y Listra.
¡Qué persecuciones soporté! Y de todas me libró el Señor.
Por otra parte, todos los que quieran vivir piadosamente en Cristo Jesús serán perseguidos".
Seguir el ejemplo de alguien es permanecer en todo momento en ese camino, sin flaquear, sin miedo a lo que puede pasar, confiando que todo lo que viene y lo que sucede es porque es parte del Camino. Pablo pone este ejemplo de Timoteo para que descubrarmos que es posible seguir el mismo Camino del Señor, y que para ello solo basta creer y confiar, porque es el caminar de Jesús, y cuando nos decidimos por seguirlo recorreremos su propio camino, en el que no sólo hay milagros y resurrección, sino que también habrá persecuciones y padecimientos, pero en la confianza, como dice Pablo: de todas me libró el Señor.
Claro que no es que el Señor lo haya sacado de las persecuciones y padecimientos, sino que le dio la fortaleza para poder aceptarlas y entregarlas: "me glorío de padecer en mi carne los padecimientos de Cristo"; en ningún momento Pablo prefirió no padecer por Cristo, sino como los demás apóstoles, se alegraban de ser dignos de padecer los mismos sufrimientos que el Señor, pues así se unían a la Cruz Redentora de Jesús.
"Pero los malvados y embaucadores irán de mal en peor, engañando a los demás y engañándose ellos mismos.
Tú, en cambio, permanece en lo que aprendiste y creíste, consciente de quiénes lo aprendiste, y que desde niño conoces las Sagradas Escrituras: ellas pueden darte la sabiduría que conduce a la salvación por medio de la fe en Cristo Jesús".
Pero... cuidado, que el padecer y la pesecución o modifiquen nuestro corazón, porque, muchas veces, el pecado que habita en nosotros nos hace desear el mal a quienes no hacen mal, o dejar el rencor que anide en nuestro corazón. Por eso debemos siempre recordar lo que nos enseñaron, tanto el Señor como los apóstoles, a saber perdonar a nuestros enemigos y rezar por los que nos persiguen, pues ese es el mandato del Señor.
Y, sobre todo, no dejar de lado las Escrituras "porque ellas pueden darnos la sabiduría que conduce a la Salvacación", en ellas encontraremos la respuesta a nuestra vida.
"Toda Escritura es inspirada por Dios y además útil para enseñar, para argüir, para corregir, para educar en la justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto y esté preparado para toda obra buena".

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.