viernes, 22 de febrero de 2019

Se puede edificar la Iglesia sober mi fe?

Hoy podría decir que tendría que hablar sober la cátedra de San Pedro, sobre el lugar que ocupa nuestro Papa como cabeza de la Iglesia y el por qué lo creemos. Pero no soy lo suficientemente docto en teología para ponerme a hacer una charla magistral sobre este tema. Pero sí se me ocurrieron otras cosas, que, creo, vienen al caso.
¿Qué le responderíamos hoy a Jesús si nos llegara a preguntar lo mismo que a los apóstoles?: ¿qué dice la gente que soy yo?
¿Qué respuesta nos da la gente acerca de Jesús? La gente que vive a nuestro lado, que comparte con nosotros el día a día, con la que charlamos habitualmente... ¿qué dicen de Jesús? ¿Quién cree que es?
¿Por qué esa pregunta? Porque en el mundo que vivimos, nos puede suceder igual que en el tiempo de Jesús: algunos creen que es un hombre que hace milagros, otros que sólo un hombre, un buen amigo, otros pueden llegar a decir que es Dios... pero ¿saben qué significa eso?
Y ¿nosotros? ¿Qué experiencia tenemos de Jesús? ¿Sabemos realmetne quién es? ¿Conocemos realmetne al Señor de Señores, al Rey de Cielos y Tierra?
Porqee, también, como sobre San Pedro, también sobre nosotros se edifica la Iglesia, o mejor, nosotros somos parte de la Iglesia que el Señor fundó sobre san Pedro.
¿Es nuestra fe en Jesús una fe real? ¿Es nuestro amor a Dios un amor real? ¿Somos capaces de mostrar al mundo el verdadero rostro de Dios? ¿Al vernos a nosotros los que no creen o los que creen ven a Jesús, a Cristo? ¿Es nuestra vida una piedra fundamental en este edificio que es la Comunidad cristiana, nuestra Iglesia?
A veces creemos que nuestra vida cristiana no es importante y por eso no nos esforzamos en vivir, en aprender, en profundizar nuestra vida de fe. Otras veces dejamos de acercarnos a la Eucaristía por culpa de que el cura es esto o es aquello. No nos acercamos al sacarmento de la Confesión porque ¿qué le tengo yo que decir a un hombre pecador como yo mismo?
Son cosas que nos hacen comprender que no hemos comprendido nada, y que hemos edificado una iglesia propia, de acuerdo a lo que yo quiero creer y a lo que a mí me interesa, y por eso hago lo que me gusta y lo que no...
¿Se podrá volver a edificar el cristianismo sobre mi vida cristiana? Si llegara a quedar solo en mi ciudad ¿podría dar a conocer a Cristo a los demás y volver a ser el Cimiento de la Iglesia como lo fue San Pedro?
Son todas preguntas que tenemos que hacernos para saber si hemos comoprendido lo que Jesús le dijo a los apóstoles y ellos nos transmitieron para seguir construyendo la iglesia de Cristo, y no la iglesia de fulano o mengano, sino la de Cristo.

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