viernes, 1 de febrero de 2019

Hombres de fe para salvar el alma

Hoy me ha encantado la carta a los Hebreos, por eso la copia tal cual:
"Recordad aquellos días primeros, en los que, recién iluminados, soportasteis múltiples combates y sufrimientos: unos expuestos públicamente a oprobios y malos tratos; otros solidarios de los eran tratados así. Compartisteis el sufrimiento de los encarcelados, aceptasteis con alegría que os confiscaran los bienes, sabiendo que teníais bienes mejores, y permanentes.
No renunciéis, pues, a vuestra valentía, que tendrá una gran recompensa".
Si bien no hemos padecido nada de lo que narra el escritor porque no vivimos en tierra de persecución, aunque hay cada uno... pero no quiero pecar por hablar de otros, sino que lo que hacen en contra de los católicos, no es nada con lo que en otros países están viviendo. Por eso mismo nosotros tenemos que permanecer, como dice el escritor, "valientes" para poder acompañar a los que sí sufren por su fe, de este modo compartiremos con ellos la misma fuerza y el mismo valor que nos da el Señor con su Gracia para seguir siendo Fieles a Su Voluntad.
"Os hace falta paciencia para cumplir la voluntad de Dios y alcanzar la promesa".
Porque siendo Fieles, con paciencia, podremos alcanzar el Reino esperado, podremos llegar a la Patria que tanto anhelamos y podremos vivir solidariamente la fe con aquellos que la defienden con su vida, para que nuestra entrega, generosa de cada día, sea un aliento para aquellos que, a nuestro lado, dudan de su fe y viven en la incertidumbre del creer o no.
«Un poquito de tiempo todavía, y el que viene llegará sin retraso; mi justo vivirá por la fe, pero si se arredra le retiraré mi favor».
"Pero nosotros no somos gente que se arredra para su perdición, sino hombres de fe para salvar el alma".
El escritor nos quiere alentar a que sigámos creciendo, como la semilla de mostaza del evangelio, poco a poco, hasta llegar a ser la hierba más alta y grande que se halla encontrado. No dudemos y si dudamos vayamos al Señor que Él con su Espíritu nos ayudará a fortalecer y madurar nuestra fe, por que ha sido Él quién nos ha llamado para ser Luz, por eso recurrimos a Él para que esa Luz no se apague en nuestra vida.

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