jueves, 15 de diciembre de 2022

Dios lo dice, dilo tú también

"Me sucede como en los días de Noé: juré que las aguas de Noé no volverían a cubrir la tierra; así juro no irritarme contra ti ni amenazarte.
Aunque los montes cambiasen y vacilaran las colinas, no cambiaría mi amor, ni vacilaría mi alianza de paz - dice el Señor que te quiere -".
Creo que no sólo ha sido el Domingo de gozo, el pasado, sino que toda la semana es una semana de gozo. Las lecturas nos ayudan a pensar en el gozo que da saber que Dios nos ama, que siempre estará pendiente de nosotros, aunque nosotros no estemos pendientes de Él. Y así nos lo dice por medio del profeta: "dice el Señor que te quiere".
Se puede pedir una declaración de amor más sincera y eficaz que la de Dios para nosotros? Una declaración de Amor que fue sellada, cuando llegó el momento oportuno, con la sangre del Hijo en la Cruz. Una Alianza así no podemos, o no deberíamos, abandonarla ni dudar de ella, aunque, sí es cierto que, muchas veces, pareciera que esa Alianza no se cumple, pero no es porque Él nos haya abandonado o se haya olvidado de nosotros.
Seguramente las preocupaciones de todos los días, los días más negros o más duros, nos hacen pensar que ya el Señor no nos quiere, pero sin embargo, si levantamos nuestra mirada hacia Él vamos a sentir el calor de Su Amor.
Cierto es que, tal vez, nos hayamos "atado" a otras seguridades que no es la Providencia de Dios, y, entonces, cuando esas seguridades se caen o no nos alcanzar para fortalecernos o darnos esperanzas, o mostrarnos el buen camino, entonces descubrimos que no encontramos al Señor que nos ama. Sin embargo, Él siempre estará ahí, sólo tenemos que abrir un poco más los ojos, quitarnos de en medio de nuestra mirada las seguridades terrenas y veremos que su Mano siempre estuvo tendida para ayudarme a levantar, para darme una caricia de consuelo, para abrazarme si me sentía desvalido.
También es cierto que, en muchos casos o en muchas personas, no es fácil decir "te quiero" y no hablo sólo del amor de pareja, sino en la familia, con los amigos, con las personas que realmente llenan mi corazón y con las cuales necesito encontrarme para hablar, para compartir la vida. Y así tampoco les digo que necesito un abrazo, o que les puedo dar un abrazo o una caricia o decirle algo bonito que alegre el corazón.
Tenemos que tener más cercanía y dejarnos llevar más por el cariño entre hermanos para poder disfrutar del cariño de Dios. Compartir el amor que sentimos por los demás el paso necesario para poder sentir, también, el amor del Padre que nos acompaña en cada día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.