domingo, 25 de agosto de 2024

Es difícil creer

"El Espíritu es quien da vida; la carne no sirve para nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Y, con todo, hay algunos de entre vosotros que no creen".

En realidad, no es fácil creer en las Palabras de Jesús, no fue fácil para aquellos primeros apóstoles y discípulos porque no habían recibido el Espíritu Santo, pero, tampoco es fácil para los que, habiendo recibido el Espíritu Santo en el bautismo, no hemos madurado en nuestra fe.
Así es, si en el camino de nuestra vida no vamos madurando la fe, ya sea intelectual o espiritualmente, no podremos nunca aceptar las Palabras de Jesús desde la confianza y la seguridad que es Palabra de Dios.
¿Cuántas veces nos hemos planteado si creemos o si realmente tenemos fe? ¿En qué momentos de nuestras vidas hemos descubierto que nuestra fe no es suficiente? ¿En cuántos momentos hemos pensado que Dios no existe y que todo es falso? ¿Cuántas veces hemos escuchado y hemos aceptado que lo que leemos en la Sagrada Biblia son cosas de hombres de iglesia y por eso dejamos de creer?
No, no es fácil creer. Es más, en ningún lado de las Sagradas Escrituras nos dice que será fácil aceptar el Camino de la Voluntad de Dios, pues aceptarlo es como tirarse al vacío sin saber si hay alguien que nos va a recibir o si en la piscina hay agua donde caer. Es por ello por lo que lo llamamos “misterios de la fe”, porque la inteligencia humana no puede llegar a escrutar todo lo que es Dios, todo lo que son los sacramentos, y todo lo que es la realidad espiritual que nos rodea a la que estamos llamados a vivir.
Podremos ponernos a estudiar todas las materias teológicas que hay, pero si no tenemos un encuentro personal y verdadero con las Personas Divinas, si no dejamos nuestro corazón abierto al Espíritu Santo, nunca podremos llegar a “entrar” en esas realidades que nos dan vida y que nos sostienen en todos los momentos de nuestro caminar por este mundo.
Por eso, el Señor nos dijo (cuando le dijo a los apóstoles):

Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena.

Ahí está la clave para poder vivir la Fe: abrir el corazón al Espíritu de la verdad quien nos guiará hasta la Verdad, pero no nos dice que entenderemos todo, sino que seremos guiados hasta la Verdad, y ¿Quién es la Verdad? “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”, nos dijo Jesús.

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