"José, su esposo, que era justo y no quería difamarla, decidió repudiarla en privado".
San José, el varón justo "no quería difamarla". Una frase para poder tenerla presente en nuestro día a día.
Hoy estamos acostumbrados, pues el órgano de la verdad que para muchos es el televisor, y, también, las redes sociales, nos hablan y nos enseñar a repudiar a la gente sin saber si lo que dicen es verdad, y, sobre todo, sabiendo que esos repudios llegarán más lejos que si los decimos entre los amigos.
Es muy fácil hablar de los demás, creyendo que tenemos razón, o porque nos han pasado el mensaje o nos lo han dicho, o, simplemente, yo creo que es así porque lo veo con mis ojos, y, muchas veces, hasta decimos: "si te lo digo yo es verdad".
San José, si lo miramos humanamente, tenía en su momento muchas razones para repudiar a María en voz alta. Era lo que debía hacer pues, como dice el Evangelio, nunca habían estado juntos, sin embargo, después de venir de la casa de Isabel y Zacearías, estaba embarazada de tres meses. La Ley le "ordenaba" o le daba la opción a José de repudiarla, y eso le ocasionaría la muerte a María.
Pero el amor a María pudo más que la obligación de la ley, o que el dolor de la infidelidad, o lo que sus ojos le mostraban, o lo que él creía que había pasado.
Y en eso nos tenemos que fijar siempre: el amor a los hermanos, antes de comenzar a lanzar al aire una frase, un comentario, un juicio o una condena.
"Lo que le hacéis a uno de estos mis hermanos a Mí me lo hacéis".
"No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti".
Hay tantas exhortaciones de Jesús que nos hablan de esos juicios y condenas, de cómo no hacer leña del árbol caído, etc. Y, sin embargo, creyéndonos justos seguimos dando hachazos en el árbol para ver si cae de una vez.
Pidámosle a San José que nos enseñe a callar, a guardar silencio cuando no nos salga amar al otro como Jesús nos amó, para que no caer en el pecado de la falta de amor y respeto hacia nuestros hermanos. Y que el Espíritu nos enseñe y fortalezca para buscar siempre el bien y no el mal, para hablar con mi hermano si tengo dudas sobre lo que ha hecho o lo que han dicho que dijeron, o simplemente no echar más leña al fuego de su dolor, sino saber consolar y acompañar en los momentos de mayor sufrimiento y soledad.
martes, 19 de marzo de 2024
El varón justo
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