"En aquel tiempo, Jesús dijo:
«¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que os parecéis a los sepulcros blanqueados! Por fuera tienen buena apariencia, pero por dentro están llenos de huesos y podredumbre; lo mismo vosotros: por fuera parecéis justos, pero por dentro estáis repletos de hipocresía y crueldad".
Una fuerte afirmación y acusación de Jesús a los de su pueblo, pero que no sólo era para ellos, sino que puede ayudarnos a mirarnos en ese mismo espeje a más de uno de nosotros.
Aunque nos parezcan fuertes las palabras de Jesús tenemos que entender el motivo por el que las dice, y eso lo podemos ver en la carta de San Pablo: "sabéis perfectamente que, lo mismo que un padre con sus hijos, nosotros os exhortábamos a cada uno de vosotros, os animábamos y os urgíamos a llevar una vida digna de Dios, que os ha llamado a su reino y a su gloria".
Cuando Dios nos llama a ocupar un cargo o simplemente decidimos vivir como hijos de Dios, debemos entender que la misión que tenemos es anunciar Su Palabra y no nuestro parecer respecto a Su Palabra, pues ya no sería Palabra de Dios, sino que es palabra humana.
"Por tanto, también nosotros damos gracias a Dios sin cesar, porque, al recibir la palabra de Dios, que os predicamos, la acogisteis no como palabra humana, sino, cual es en verdad, como palabra de Dios, que permanece operante en vosotros, los creyentes".
Cuando nos decimos que somos cristianos tenemos que comprender que debemos vivir la Palabra de Dios, sin quitarle las exigencias que nos pide vivir.
Hoy en día no somos pocos los cristianos que queremos vivir según un modelo mundano la palabra de Dios, haciendo así que la Palabra no nos salve, sino que sólo sea un paliativo para dejar nuestra conciencia tranquila. Pero la conciencia tranquila no salva nuestra alma, sino que nos salva y ayudamos a salvar al hombre, viviendo en fidelidad a la Palabra de Dios, pues es la única Palabra que da Vida al Hombre.
Por eso no debemos dejarnos convencer con las palabra de aquellos que en lugar de luchar contra el mundo y la carne, buscan hacer que la Palabra de Dios se adapte a las exigencias del mundo y de la carne, haciendo así que lo que vivamos sea en el espíritu del mundo y no en el Espíritu de Dios.
miércoles, 30 de agosto de 2023
Hipocresía cristiana
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