miércoles, 22 de octubre de 2014

¿Quién es el administrador fiel?

"Buenos días, Señor, a tí el primero
encuentra la mirada
del corazón, apenas nace el día;
Tú eres la luz y el sol de mi jornada". (Himno de Laudes)

"¿Quién es el administrador fiel...?" dice el Señor para enseñarnos algo muy concreto en nuestra vida. Pero, muchos se preguntarán y ¿qué administramos? ¿Qué se nos ha dado para ser administradores de Dios? Y ¿quiénes son los administradores?
En realidad todos somos administradores de los bienes que Dios nos ha concedido, desde el Papa hasta el último de los bautizados (aunque posiblemente no tengan uso de razón porque son bebés) Pero en la medida en que tenemos uso de razón y nos reconocemos como hijos de Dios por la Gracia del Bautismo, a partir de ese momento somos administradores de los bienes que Dios nos ha concedido por su Hijo Jesucristo.
Bienes, o dones, o talentos, es lo mismo lo importante es que los pongamos al servicio de la Voluntad de Dios, como nuestra vida misma, para que en fidelidad a Su Plan de Salvación cooperemos para la redención de los hombres.
Pero ¿se nos dio muchos o pocos bienes? O, como muchos dicen, pero si yo no soy nada ni nadie, ¿qué puedo dar? Y yo te digo que Dios no crea la nada, porque la nada no existe, y si tú tienes vida y se ha dado el Espíritu que te hizo hijo de de Dios, entonces tienes todo lo necesario para ser un administrador fiel que trabaje en la Viña del Señor.
Hemos de descubrir, por eso, que los bienes que el Señor nos dio hemos de ponerlos al servicio de todos, pues esos bienes, compartidos serán renovados y aumentados por el Señor, para continuar cada día comprometiéndonos más y más, porque Él mismo nos dice que.
"al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se le confió, más se le exigirá.»
Cada día el Señor nos pide ir a trabajar a Su Viña, y cada día renueva nuestro espíritu para que lo podamos hacer, y cada día nos exigirá un poco más, pues más nos va dando cada día. Por eso no nos preocupamos de si tenemos pocos o muchos bienes, o dones, o talentos, hemos de saber que tenemos los necesarios para llevar a cabo lo que Él quiere de nosotros. La Gracia suficiente se nos da en función de lo que Dios quiere de nosotros, y no de lo que nosotros queremos de Dios. Si utilizamos nuestros bienes en Fidelidad a la Vida que Dios quiere que vivamos, siempre tendremos lo necesario, pero si no somos fieles se nos quitará hasta lo que tengamos.

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